martes, 13 de agosto de 2013

Sopas

Sopa de hinojos: jabalí ahumado, sticks de kümmel & briznas de eneldo
La palabra “sopa” procede del germánico occidental “suppa” allá por el año 500 (dc). Se refería a una rebanada de pan sobre la que se vertía un caldo.

Cecilia Boullosa, en su nota Locos por la Sopa (revista Bacanal), la describe así: “La sopa es vieja. Tanto como el primer hombre al que se le ocurrió remojar un poco de pan en agua con un poco de condimento. Las hay frías y calientes. Tipo consomé, sopas crema o con más textura como las chinas, las andinas o las del sudeste asiático. Pueden ser una entrada o un principal; sopa de hospital, para el enfermo; o sopas que quitan la resaca, que vuelven el alma al cuerpo, que hacen recuperar la alegría. La sopa como alimento casi milagroso!”

Incluímos la Sopa de hinojos como segundo paso de nuestro menú degustación de invierno porque es una comida que nos ayuda a comer despacio y a tomarnos el tiempo que el cuerpo necesita para ingerir los alimentos. Además es un plato que suele compartirse con otros comensales (costumbre que se está perdiendo y queremos y debemos recuperar).


Por eso, les recomendamos este cuento: La Sopa de Piedras, que rescata el espíritu de comunión de este alimento.

Nuestras sopas:
Crema de cardos patagónicos, ajo & oliva.
Emulsión de maíz y langostinos del Sur.

Helada esencia de tomates, gin y limón.

Sopa de hongos con aromas a  tomillo y limón

Sopa de remolachas con crema de merretich y semillas de kummel

Sopa fría de acederas de nuestra huerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario